domingo, 8 de julio de 2012

Hey Micky: Accesorios fetiche; de la negación a la aceptación


Hace unos días le escribí esto a un amigo, pero en realidad iba dirigido a mí mismo. Era una forma de hacerle notar lo que yo sentía, y de hacermelo notar a mí también, una forma de descargarme, de encontrarme e intentar encontrar una solución a la constante de la nula aceptación, frustración y los choques frontales conmigo mismo. Espero que alguien descubra esto y deje de tener culpa, deje de tener miedo, para que un día se levante y haga lo que desea hacer.


 HEY MICKY
“Accesorios fetiche; de la negación a la aceptación”

Hace mucho tiempo que no escribo nada sobre mi vida, pero hoy he tenido el deseo de hacerlo y recodar los días encantadores. Esos días en los que moría por escribir cualquier pensamiento anodinado que me venía a la cabeza, cuando escribía paso a paso las experiencias que iba ganando, esas que la vida se encargaba de ponerme cercas y que yo moría de ganas de experimentar hasta la locura. Las cosas son tan diferentes hoy, el Brian de ahora es apenas un pedacito de lo que fue antes, el nuevo no tiene más aventuras que permanecer en casa, leer las noticias que le llegan vía ciberespacio, rastrear fotos en Tumblr, esperar que entren buenas fotos al dashboard, masturbarse impulsivamente con un pensamiento fantasioso.
            Me pregunto cuándo cambiaron las cosas y me dedique a ser un reflejo vacío, una existencia trivial y sin deseos de nada. El puro permanecer, el no-ser, el no-vivir ¿Cuándo fue que me dieron ganas de volverme un proudhomme? Tú no eras así, eras otra cosa, algo que vivía y tenían un destino: buenos deseos y tremendos delirios. Incluso decías que eras feliz, te sentías libre, te escapabas y tenías aventuras dignas de contar. Eras todo un rebelde con tus apenas sweet diez y seis; estabas loco y creías que la vida era un todo o nada ¿Qué bonito no?
       ¿Pero eso qué importa Brian? Ya sé que no importa, sólo intento justificarme, no quiero aceptar que me he vuelto un vacío irracional. Es tan difícil declararse solo. Pero nada de lo anterior te importa, no le tienes miedo a eso, le tienes miedo a tus impulsos de niño mimado, fetichista y loco por naturaleza. No quieres ir en contra de lo establecido, quieres ser uno más del montón ¿Pero qué tal si esto es lo más normal del mundo sólo no tan visible para la mayoría? Entonces eres igual a todos. No dejas de decir boludeces, a lo que le tienes verdadero miedo es aceptarlo, no te aceptas, no aceptas a los demás, no te dejas vivir. Que no has leído lo que dice este señor Juan Carlos Romi, pues te dejo este recordatorio aquí a ver si ya te cae el veinte.

 
Las manifestaciones fetichistas suelen ser expresiones inofensivas de la actividad sexual de cada individuo que en algunos casos pueden configurar una parafilia exclusiva  y requerir o no asistencia médica, y en tanto y en cuanto no cometan delitos formar parte de la vida privada de las personas. No se trata de justificar los comportamientos parafílicos y aún   menos las psicopatías sexuales, pero la condenación por el hecho de tenerlos, si no trasgreden pautas legales, es una intolerancia. Todo consiste en hacer que el sujeto tome conciencia de que debe vivir su sexualidad parafílica con los mismos criterios de responsabilidad que los que presiden el ejercicio de la sexualidad convencional. Nadie es responsable de sus tendencias solamente responsable de las formas como las vive.
           La parafilia en este caso el fetichismo, no es una elección, sino un destino, pero ésta, al igual que la sexualidad convencional, se debe ajustar a las pautas normativas de convivencia en el respeto por el otro.

El fetichismo: reflexiones sexológicas, psicopatológicas y médico-legales, (2009 (p.56).

            A ver si así te callas la boca y terminas por aceptarlo. Te volviste vacío el día que dejaste de aceptarte, el día que pasaste por encima de ti mismo, el día que preferiste actuar como si nada te sucediera. Ya ves que no tiene nada de malo liberarse un poco de vez en cuando. Espero que de ahora en adelante me hagas caso y dejes de comportarte como un fanfarrón, mejor mírate a ti mismo, levántate, y levanta nuevas guerras ¿Qué no sientes como la vida fluye? Relájate, escúchate, llora, grita, berrea, pero empieza a vivir, descubre el mundo. Las aventuras siguen en alguna parte. Encuéntralas. Ya que las encuentres por favor, no dejes de escribirme.

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