sábado, 15 de noviembre de 2025

Dungeon Crawlers: Una experiencia

El invierno se acerca y con él los recuerdos del verano relucen como las estrellas. Las mañanas lluviosas y frías suelen recordarnos que apenas hace unos meses vivimos una realidad distinta. Este verano, sin dudar, fue uno de los más increíbles que pude disfrutar. Tuve la oportunidad de asistir a un evento ABDL, anteriormente he asistido a reuniones, pero no se comparan remotamente en magnitud y en el nivel de experiencia. 

Fui invitado por un gran amigo al Dungeon Crawlers, en la ciudad de San Francisco, un evento ABDL mensual, abierto a todos los interesados en conocer acerca de este mundo, tiene un precio módico de $20 USD y dura alrededor de unas cuantas horas en un emblemático bar de la famosísima Folsom Street, una mazmorra típica del BDSM, nunca creí que estaría en una, no es típicamente un lugar propio de mis fantasías, pero igual fue una divertida experiencia. 

Ver tanta gente reunida y sin sentirte juzgado es una vivencia fascinante, nunca creí que toparía con tantos ABDL’s al mismo tiempo, algo curioso que me sucedió fue conocer personas que seguía por redes desde hace algunos años, y poder platicar con ellos en vivo y darme cuenta que no estaban tan lejos como pensaba, sólo a un avión y una frontera de distancia.

 El evento en sí fue muy lindo, con vibes de un bar típico del BDSM, con la gente por ahí en outfit caminando y algunos valientes en sólo pañales, platicando de todo un poco. A diferencia de lo que he experimentado antes, lo sentí muy abierto y amigable, como el patio del recreo en el cual todos conviven. 

El espacio estaba dividido en diferentes áreas, un espacio tranquilo donde colorear y disfrutar un poco del silencio, para aquellos que no les gusta tanto barullo o para descansar después de un tiempo salvaje. Un área para cambios, donde puedes tener espectadores sí así lo deseas o un poco más de privacidad. Un espacio de juegos general con juguetes y juegos de mesa, y un espacio para los más traviesos, un Dark Room, un espacio para explorar de manera más sexual y kinky. 

Me gustó la logística, teníamos pulseras que nos identificaban, con colores, por ejemplo una pulsera azul de habla conmigo y acepto abrazos, una amarilla de soy tímido, y alguna otra de puedes saludar. Cada quien estaba invitado a traer sus propias bebidas (Bring Your Own), sin embargo, estas se colocaban en un espacio en común para compartir con todos con el motto Sharing is caring. Por otro lado, el evento tiene una serie de reglas que se han instalado a través de la experiencia, como no intoxicarse de más, ya que el objetivo es convivir, cuidar el espacio y colaborar con la limpieza al final, además de hacer énfasis en el consentimiento, el respeto y la amabilidad

Creo recordar que al final pusieron la canción del Clean Up, everybody clean up, clean up, everybody clean, y como harte de magia todos los chicos haciendo su parte, y con ello el fin de ese momentum, todos regresamos a nuestros outfits adultos para salir a la calle y comenzar con los after parties, más privados. Espero contar con la oportunidad de regresar en otras ocasiones, pues esto fue un poco de lo vivido durante el verano.











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