En defensa de las piñatas
Hace muchos años que
tuve mi primera piñata, no recuerdo que número pero las piñatas
siempre han sido una de las cosas favoritas en mi vida, de aquella
vez recuerdo que le hacia guiños, le puse un globo en la cabeza a
modo de adorno, al poco tiempo nos volvimos amigos, no la pudimos
quebrar porque afuera se avecinaba la tormenta del año, y llovía
tanto que el auto de papá se quedo atorado en el lodazal de una
ciudad en subdesarrollo, así que no pudimos quebrar la piñata y
disfrutar del maravilloso tesoro de dulces que se ocultaba en su
interior. Esa noche la piñata se quedo en mi cuarto, yo hacia de
guardián y cuidaba que no se fuera o le pasará algo malo. Al
siguiente día mis padres me levantaron para ir a una visita
familiar, mi sorpresa fue que al llegar, sacaron la piñata que yo
había estado vigilando y protegiendo toda la noche, la habían
colgado y estaban dispuestos a sacrificarla, a lo cual me opuse
rotundamente, nadie iba a romper esa piñata, ya nos habíamos hecho
confidentes. Después me di cuenta que era imposible razonar con mi
padre sobre el status de la piñata y sus derechos. Terminaron
quebrándola y haciéndola pedazos, me eche a llorar a mares, tanto
así que no me atreví a comer ninguno de sus dulces por más que me
insistieron. Ahora que soy mayor revindico el derecho y la defensa de
las piñatas. Las piñatas han estado en nuestra sociedad desde
tiempos milenarios nos acompañan desde tiempos inmemorables se
originaron en China supondré que el padre de la estirpe es un dragón
gigante lleno de dulces, a nosotros los mexicanos nos gustan mucho,
no pueden faltar en los cumpleaños y festividades, son invitadas de
honor, todos quieren su festín interior, los fabulosos dulces, ya
sean buenos o malos, siempre son un tesoro y se pueden intercambiar.
A pesar de lo mucho que aportan a la sociedad, las piñatas han sido
objeto de manipulación por algunas sectas religiosas y otros grupos
conservadores que las utilizan como medio ideológico para alcanzar
sus fines de dominación del mundo. Las piñatas declaran su
emancipación de cualquier intento por ser manipuladas
ideológicamente, su derecho a permanecer calladas, rechazan
categóricamente los golpes, maltratos y vejaciones, sufridas por
humanos ansiosos de azúcar, declaran que existen medios más
eficaces para obtener azúcar, rechazan el ser utilizadas como medio
de entretenimiento. Las piñatas son amigas y amigos, no zona de
práctica de bate. Rescata a una piñata, hazla pasar los mejores
días de su vida, que la vida de una piñata es corta, disfruta de su
compañía, tratarla bien y quizá te revele un par de secretos sobre
su origen o tesoros de la antigua China o la grandeza de
Tenochtitlan. Esta en tus manos construir un mundo mejor y sin
violencia hacia las piñatas. Estoy seguro que no te gustaría que te
tratarán a palazos sólo para sacarte un tesoro interior y
azucarado.
LAS PIÑATAS SON
AMIGOS/AMIGAS.